PAISAJE AZUL
Sergio Larrain, 1957-1958
Durante años tuve como deseo por realizar levantarme temprano; tardé mucho, pero después se hizo hábito.
Y descubrí la palabra «mangual». Eran ejército, eran mil en plural.
Y me guardaba en el corazón todas las fulminantes palabras, y los poemas eran silencios ardiendo junto a mi voz
a una distancia imbarcable.
Un poema, un poema, dos nombres, el plural, las raciones de días, comida, pasos, ventanas, interminables inabarcables poemas, vidas mojadas, vidas y sol, vidas y lluvia
y el agua
cristalizada y penumbra.
Un poema es un salto
donde amanecen piernas.
Corren veloces simples, simples acentos,
inmemoriales, perennes,
fatigados de no encontrar
el horizonte flamígero.
Tronos,
paisaje azul que desciende,
desciende,
desciendo.
Me doy vueltas como los guantes el día de navidad,
el de la boda,
el de la paz,
el del diluvio.
Hoy es el día de hoy
a transparencia y nube,
hoy, hoyes mañanas, luegos,
la eternidad en astillas.
Viejos, muy viejos y desarmados,
llenos y turbios,
turbios desde lo lejos.
Las turbinas se mueven,
giran, se bailan.
Miran bailando, rondan mirando el atardecer,
y los ojos, ¡los ojos!,
los ojos la lontananza
y una tarjeta
que reverbera.
Pilar García Puerta